Tres miradas renovadoras del pop para tu playlist 💜
Oriana Gidi – Globlos muertos:
Oriana Gidi es una cantautora y productora mexicana de pop alternativo. Sus canciones están marcadas por el juego y por ser dueñas de un alma teatral en su manera de contar historias, transportándonos de inmediato a un mundo donde la imaginación está al poder.
«Globos Muertos», su nuevo single, se sitúa en un aeropuerto para hablarnos sobre el ciclo de vida de los globos. Esto lo hace entre tablas hindúes, sintetizadores y globos agonizando, mientras la voz de Oriana flota sobre toda la situación, omnipresente, siendo el motor de un viaje inesperadamente conmovedor en el que dan ganas de inflar un globo amigo y abrazarlo suavemente.
Marta Solís – La Sombra:
Desde Tenerife, en las Islas Canarias, Marta Solís -cantante, intérprete y compositora- combina una fuerte raíz ibérica con su amor por Latinoamérica y una visión musical moderna.
Gracias a su canción «La Sombra» podemos sumergirnos de cabeza en el universo Solís, un mundo en el que las melodías que evocan la Macaronesia se funden con un ritmo que invita al baile y la celebración. Una fusión exquisita.
Hay algo en la voz de Marta Solís que empapa todo de nostalgia, saudade o «magua», como le dicen por Canarias, y que hacen que «La Sombra» sea atrapante, magnética, y que se sienta como un clásico instantáneo.
SAMANTA LIZA – WE ARE ONE:
Days Of E.N.D (siglas para Extremely Nonsensical Drama) es el nombre del disco debut de la multi instrumentista, compositora, DJ y productora Samanta Liza.
Con el bajo al frente como principal hilo conductor, su single «We are one» es un viaje minimalista y delicado que indaga de lleno en el tema fundamental de toda la ópera prima de la artista: las relaciones humanas. Es que para la nacida en Hawaii no hay nada más importante que sus relaciones románticas y platónicas. En sus palabras: «Es mi conexión con otros lo que me mantiene viva y me lleva hacía adelante. Son lo que me da propósito«. Y es justamente eso lo sorprendente de su música: se siente vulnerable, nos permite sentir lo que ella siente, sin esconderse. Es música electrónica, pero humana -y muy sensible-, por sobre todas las cosas.
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